Por L.C. Bornio
Estudios La lavadora es un claro ejemplo de que cuando se quiere se puede. Al entrevistar a los fundadores y productores, Gianfranco Yorio (GY) y Jorge Suárez JS), pude adentrarme en la historia y origen de este proyecto que, a pesar de sus humildes raíces, germinó para convertirse en un espacio de música y apoyo al talento emergente de la escena artística mexicana.
—¿Qué los llevó a crear La lavadora?
JS: Teníamos un proyecto musical que se llamó Infusión, con el pasamos por todas las etapas, desde banda de garaje hasta ya consolidar una grabación profesional. Al principio caímos en una casa productora cuyo modus operandi era el de venta de boletos, la recompensa por vender más boletos fue la grabación de un demo en un estudio profesional. Asistimos y desde el principio el productor ninguneó nuestros instrumentos, dijo que no podía trabajar equipo de tan mala calidad. La verdad es que no teníamos los mejores instrumentos, pero eran bastante buenos y entendimos que sólo dijo eso para rentarnos su equipo y sacar algo de dinero de esa grabación. Esta experiencia nos dejó un mal sabor de boca, porque no parecía que le importara nuestra música. Ahí fue cuando planteamos la idea de grabar nuestro disco en nuestras propias instalaciones. En ese entonces nuestro equipo era escaso y nuestro conocimiento nulo, entonces lo hicimos con lo que pudimos: intuición, tutoriales de internet, micrófonos no adecuados y mucha entrega. Al final pudimos sacar el disco. Si lo escuchas te vas a sorprender de lo que se pudo lograr con tan pocos recursos, porque en serio no suena mal. Entonces nos dimos cuenta de que la única forma en que podíamos hacer música con el tiempo y la dedicación necesarios era grabándola nosotros mismos. Poco a poco le fuimos invirtiendo hasta el punto en que estamos hoy, que ya es un estudio profesional, con personal capacitado, con instalaciones y equipo adecuado. Y ya no sólo es para nosotros, nos abrimos a ayudar a otras bandas para que sus proyectos y sus personas sean tratados con dignidad.
—¿Qué formación escolar tuvieron para incorporar en el estudio?
GY: Yo estudié ingeniería en sistemas computacionales en la UVM Lomas verdes y al terminar me metí a estudiar ingeniería en audio y producción en FAMA. A parte Jorge y yo tomamos un curso de guitarra en La casa de la cultura de La Santa María. También tomé dos años de bajo en el ESCAM y llevo año y medio estudiando canto con Jenny Baujean.
JS: Yo me quedé en formación musical, los conocimientos técnicos que tengo son empíricos. Aquí la mano técnica está a cargo de Gianfranco, mi contribución ha sido más en técnicas musicales.
—¿Cuáles son las problemáticas que tuvieron por la pandemia?
GY: Tuvimos cerrar hasta que el semáforo de la CDMX cambió a naranja. Ahorita al trabajar hay muchísimas limitaciones. Los tiempos de producción se tienen que extender, no puede haber tantos músicos al mismo tiempo y claro que no nos podemos quitar el cubrebocas en ningún momento.
—¿Qué es lo que suelen pedirle a los músicos para grabar con ustedes?
JS: Que sean puntuales, que sus instrumentos estén en buen estado y que tengan bien estudiado lo que van a grabar. Se les asigna una fecha y el chiste es que la aprovechen, que no se tenga que reprogramar porque una sesión que tuvo que durar 2 horas termine durando 6.
—¿Cuál ha sido su mayor éxito profesional?
GY: A las live sesion les fue bastante bien. También el disco de Infusión, a la fecha lo escucho con mucho cariño.
JS: Coincido en eso, pero también mencionaría el cine. Una experiencia agridulce porque fue muy demandante, pero aprendimos mucho al trabajar en un rodaje, hacer la música, el diseño sonoro…
GY: Además de la película trabajamos en varios cortos que estuvieron en festivales en Grecia, en La Cineteca.
—¿Cuáles son sus planes a futuro?
JS: Atraer gente para que conozca nuestro trabajo y visión. Para nosotros es muy importante la apreciación hacia los músicos y sus proyectos. No los vemos como un número, sino como un proyecto en el que uno se debe entregar en tiempo y forma. Al final nosotros somos un medio para plasmar una idea. Intervenimos para que la expectativa que tiene el músico en su cabeza se pueda visualizar en el disco. Porque hay veces en que los productores ponen lo que quieren, y esa no es la idea.
GY: Hacer música es lo que más me llena en la vida así que mis planes son seguir creciendo como músico, ingeniero, productor. Muero por escuchar los proyectos que tenemos actualmente, porque son de músicos en verdad muy talentosos.
— ¿Por qué la lavadora?
JS: Bueno, como te dijimos al principio, nosotros armamos este proyecto con lo que pudimos. En mi casa teníamos mucho espacio para poner los instrumentos en el cuarto de lavado. Así que ahí ensayábamos, empezamos a grabar y por mucho tiempo la lavadora estuvo ahí al lado. Entonces sacamos nuestro primer disco y pensamos en cómo ponerle al estudio y dijimos “pues la lavadora, ahí ha estado siempre y ahí estuvo antes que nosotros”. Y ya de ahí evolucionó todo hasta trasladarnos al estudio profesional que tenemos ahora.
Estudios La lavadora se encuentra en Eligio Ancona #56 col. Santa María la Ribera, CDMX. Para más informacióno para contactarlos pueden visitar sus redes sociales:
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