- La artista dice que no será absoluto, pero es gradual. A los 14 años tomé un lápiz, decidí que quería ser pintora, añade.
Por Yolanda Santos
Laura Bailón es una pintora cuya estética se nutre del noroeste y sur del país. Nacida en Chihuahua y hoy residente en Durango, nos recuerda en sus obras que el arte es un puente hacia lo trascendental, donde los animales, la naturaleza muerta y técnicas son un intento de atrapar la esencia de la existencia.
¿Cómo te gustaría que fuera recordada tu obra?
Me gustaría que vieran la pieza como algo único, me tomé mucho tiempo para crearla, pensando en que fuera una experiencia distinta y que pudieran sentir o verse de alguna manera. Pienso que la calidad del trabajo debe de estar ahí, independientemente del momento en que volteen a ver tu obra, lo importante es mostrar solidez. Tienes que amar lo que haces, la recompensa está en crear.
¿Cuál ha sido tu recorrido en el arte?
Fue algo que decidí a los 14 años, me encantó. Desde ese momento en que tomé un lápiz decidí que quería ser pintora. Nunca cambié de criterio de lo que había decidido como quehacer o tarea en la vida.
Después me fui a Morelia, a los 17 años seguí mi travesía en Xalapa, Puebla y de nuevo regresé a Durango.
¿Qué te motivó a empezar a tomar clases de dibujo y pintura a los 14 años?
Por una amiga, yo tenía ciertas habilidades cuando me encargaban trabajos en la escuela, nunca me imaginé que me gustaría mucho. Un detonante importante, cuando vi una libreta de dibujo de una compañera le dije: “¿Dónde haces eso?” a lo que me respondió que iba con una maestra de dibujo y le pedí que me llevara. Fue cuando conocí a la maestra Evangelina Daher, dónde estuve tres años en sus clases. A la par estuve con la maestra Irene Arias, con ella estudié otra cosa diferente, era un taller del natural, dibujaba a mis padres como mis primeros modelos.
¿Qué significó para ti pintar los primeros retratos de tus padres en el taller de Irene Arias? ¿Cómo describirías esa experiencia?
Fue curioso, al primero que dibujé fue a mi papá, tenía una personalidad misteriosa y extraña pero a la vez era agradable saber que ellos siempre me apoyaron en el sentido de la decisión que había tomado en dedicarme a la pintura, también con su actitud, el prestarse para estar ahí de modelo tantas horas sentado.
¿Qué te atrajo de los temas orgánicos como las “mazorcas” y “crotos” en tus primeras obras?
Estoy atraída por las formas naturales desde siempre, mi padre me sugirió en su retrato que plasmara estos elementos. Durante los diez años que permanecía en las dos escuelas siempre te enseñan figura humana y no sé, a la mejor el ser humano ha sido de lo más pintado posible y lo seguirá siendo, entonces me llamó más la atención las formas orgánicas fue innato acercarme a ellas y pintarlas.
¿Cómo fue tu experiencia en el Centro Cultural “El Nigromante” en San Miguel de Allende? ¿Qué te llevó a decidir estudiar en Morelia?
Era muy joven, estaba en la preparatoria, era una confirmación de estudiar artes visuales y vi la determinación del oficio, como un entrenamiento para tomármelo en serio y dedicarme a esta profesión.
¿Qué impacto tuvo en tu desarrollo artístico la amistad y el intercambio de ideas con tus maestros?
Lo más enriquecedor para mí fue tener tantos maestros con diferentes métodos y con una visión muy diversa sobre el dibujo, sobre la pintura, creo que los maestros eternos que son, esta síntesis entre cosas muy opuestas y diversas que me pudieron nutrir, como el maestro Marco Antonio López Prado, él tiene un amor profundo al arte y en hacer las cosas bien. Con el maestro Alfredo Zalce fue una experiencia muy enriquecedora, cabe mencionar que mis amistades en esa época también fueron importantes, los compositores Emil Awad y Arnoldo Vázquez.
¿Qué sentiste al ganar el primer premio en el Concurso Internacional para la creación del logotipo “Mujeres y la Cultura de la Paz” en 1998 para la UNESCO?
Motivante y una sorpresa para mí. Recibí el premio en París, Francia. Fue una dosis fuerte de dopamina que a mis 22 años ganar un concurso internacional para la UNESCO. Lo mejor que le puede pasar a tu trabajo es que lo vean, como me ha pasado en la VI bienal José Atanasio Monroy, en el premio nacional de pintura figurativa “Fermín Revueltas” o formar parte de la colección Milenio Arte “El tiempo”.
¿Cómo influyó tu estancia en Europa y en tu perspectiva artística?
Tuve la oportunidad de conocer la escuela de bellas artes y adentrarme en sus salones, galerías y conocer a los maestros. Fue darme cuenta de un paralelismo con lo que sucedía en México y lo que producimos en Morelia. Sin embargo, distinguía que hacíamos las cosas bien, fue sorpresivo. En la universidad de París, estaban enfocados en la instalación y nosotros en los principios básicos.
Debo mencionar que mi travesía por Amsterdam fue especial ante la visita del museo Van Gogh, por la admiración que le tengo.
Es muy interesante como has llegado a todo este planteamiento sobre tu historia de vida y experiencias en el mundo del arte, contribuyes a que más de uno pueda nutrirse.
Sí, debes estar convencida de lo que quieres hacer toda tu vida porque al final, los caminos serán complejos y que mejor que sea la satisfacción de realizar lo que amas.
Estoy de acuerdo contigo, defender nuestros ideales, lo que somos, ser el reflejo de lo que hacemos. Hay que destacar, siendo precisa, en hacer lo que tu quieres en esta única oportunidad de vida que tenemos.
Sí, a mi me encantan las naturalezas muertas y sin embargo, en una ocasión escuché a Antonio López que es un pintor español, catalogado uno de los mejores que se encuentran vivos y comentaba que se debe pintar lo que es parte de mí, de nosotros, los colores y las formas de los animales.
¿Cómo es tu relación con los animales y por qué los reflejas en tu obra?
Tengo más de treinta años viviendo entre animales, quiero decir, desde hace treinta años he tenido a mi cuidado perros y gatos. Viven e interactúan conmigo, son mis modelos y me enlazo con ellos. Basta y sobra decirlo que vivimos una cultura de violencia hacía los animales en todas sus formas, es algo que me duele profundamente, si pudiera pedir un deseo sería que se reste sufrimiento a todos los animales.
Es necesario destacar que eres de corazón fuerte y empático.
Tengo ésta teoría, si quieres un cambio tienes que hacerlo con tus propias manos, no será un cambio absoluto pero es gradual.