Eara Ronzov en entrevista

La búsqueda de todas las artes es encontrar una parte de nuestra humanidad como si nosotros somos una sola persona íntegra.

Por Adriana López Guevara

La poeta Eara Ronzón transita por las artes para darle anchura a su obra y asegura que escribir es tratar de dejar constancia de un diálogo interno, cuando la conciencia se expresa mediante palabras.

Ella obtuvo mención honorífica en la categoría de poesía “José Emilio Pacheco” en 2022 por la Universidad Veracruzana. Forma parte del comité editorial de la revista Pérgola de Humo y actualmente es becaria en la categoría letras del PECDA.

La poeta Eara Ronzón becaria en la categoría letras del PECDA

¿Cómo fue tu primer acercamiento a la poesía? ¿Cómo surge este interés por el mundo poético

Siento que muchas veces el acercamiento a la poesía es un acercamiento a la literatura y mi primer contacto con la literatura fue leyendo novelas de vampiros que ahora lee mi hermanito. Cuando estaba en la prepa iba a librerías de viejo y encontraba con tomos de poesía y comencé a leer poesía clásica. Ya después surgió el interés por poetas de otras lenguas, más que nada ingleses. Siempre me han gustado mucho los ingleses. Por ejemplo, me gusta T.S Eliot, aunque no sea inglés, pero él se sentía inglés toda la vida, Blake, Keats, William Carlos Williams. Todo lo que llegaba a mis manos lo leía, no discriminaba.

¿Y cuándo nace el interés por escribir?

Empecé a escribir tres cuentos en la secundaria y desde ese tiempo llevo un diario. En la prepa, en Xalapa, había entrado a una actividad extraescolar: ajedrez y la maestra me odiaba porque nunca aprendía. Entonces un día dije “ya estoy harta de estar aquí” y mis mejores amigos estaban en creación literaria y dije “ahí me voy a meter”. Desde ahí era escribir mucho porque cada clase era un ejercicio, empecé a escribir más y ya desde ese momento se me quedó la maña de estar escribiendo siempre.

¿Cómo resulta para ti el proceso de escritura? Por ejemplo, ¿para ti el proceso es como lo señala Poe: decidir un efecto único que deseas transmitir y de ahí partir a tomar una serie de decisiones para expresarlo? O más bien, ¿es un proceso intuitivo en el que escribes líneas y las rescribes?

Ahorita como lo dices con referencia a Poe, siento que en mi momento de trabajo es mitad y mitad un poco: una mitad planeación y una mitad mi intuición; una mitad planificar, la otra mitad ejecutar. Yo siento que a eso se refiere siempre Poe con la planificación, una consigna es ver qué emoción quieres transmitir, otra consigna es qué recursos estéticos quieres abordar ahí. Entonces, siento que todo es la consigna y la ejecución. Entonces si antes haces ese trabajo de consignas, el momento de la escritura se vuelve más fácil, fluye más, siento al menos que fluye más fácil y además llegas a cosas interesantes también. Pero diría que más que separarlo en esta parte como del planificar y el intuir siento que mi intuición me dice siempre que escribir es tratar de dejar constancia de un diálogo interno, de un momento de la conciencia que se expresa mediante palabras y que toda la destreza de escribir es atrapar esas palabras casi al aire, o sea, en el momento en que ocurra y poder compartir, dejar eso registrado, materializarlo.

¿Consideras, que al igual que comentabas en tu review de “Marchita”, de Silvana Estrada, tu poema destaca una especie de conexión con innata entre el ser humano y la naturaleza? Y de ser así, ¿es gracias a tu vida que ha transcurrido en Xalapa?

Ese poema lo escribí cuando vivía en la Ciudad de México. Es viejito ya y siento que en ese entonces estaba leyendo mucho, por ejemplo, clásico, Sor Juana, Siglos de Oro, siento que también por eso ese ese sabor, diría, ese tono. También ese review que hice de Silvana lo hice hace muchos años, tendrá como cuatro años. Me hace reflexionar mucho de reencontrarme, que debo actualizar lo que hay de mí en los lugares y también me hace pensar que hay cosas que nos permean tan profundamente que ya no sabemos cuándo son de nosotros y cuándo de los demás.

En tu poema “Leer Sastre en un encierro”, ¿a qué apuesta la voz poética? ¿a la libertad y responsabilidad del ser a pesar de las peripecias a las que se enfrenta?

Ese poema lo escribí justo de cuarentena, cuando no la pasaba tan bien en el encierro y convivir cerca de nuevo con un grupo de personas, también heridas, siempre es difícil. Entonces, ese poema es mucho sobre mi familia, mucho sobre los mecanismos del dolor adentro, en el ser. Mi propuesta es justo de cómo yo me voy acercando a esa libertad es como un registro de cómo lo estoy intentando. Esa frase de Sastre que me gusta mucho: “Somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros”.

En el último párrafo de tu ensayo “El sueño de Schaeffer” escribes “existen creadores que ocupan la música para explorar su universo interno, sus inquietudes y aficiones, pues al conocerse a sí mismos ayudan a los demás a conocerse”. Esto lo dices respecto a la música, pero ¿consideras que con tu poesía sucede algo similar? ¿para ti la poesía resulta una forma también de autodescubrimiento?

Ese ensayo me gusta porque la música es importante para mí como la poesía, la danza,  lo escénico, el arte en  todas sus manifestaciones y justamente en ese sentido siento que la búsqueda de todas las artes es encontrar una parte de nuestra humanidad como si nosotros somos una sola persona íntegra, un ser humano, pero también somos muchas cosas dentro de esa unidad y cada arte nos permite desplegar una parte de nosotras.

Ahora que comentas que la poesía no es tu único interés en lo artístico, sino la producción, lo escénico y composición musical, en especial en tu proyecto Eara, ¿dirías que estas disciplinas tienen una influencia en específico en tu obra poética?

¡Claro que sí!  Siento todo muy unificado y aunque es distinto hacer una canción a un poema, al final es crear. Es mi creación, son mis partes que se van quedando en el mundo que habitan con vida propia, a veces ya no sé quién los leen y quién no, o quién lo escucha y quién no, lo que sentirán cuando los experimentan, entonces la música está en mi escritura y la escritura está en la música y en lo escénico y en lo que pienso y en lo que siento y en lo que habito.

Ya sea a partir de un acompañamiento musical, o bien, convertir el poema en un performance, ¿qué importancia o qué significado tiene llevar lo escrito a la interpretación?

Siempre me da ese impulso que se debería integrar lo que hacemos como poetas a lo que hacemos como artistas en general. Siento que la poesía escrita es como si las palabras estuvieran dormidas y hace falta que alguien las traiga a la vida, por eso con la voz, con el cuerpo, con todo lo que hacemos en escena, es que podemos traer eso a la vida.

Ahora me gustaría, si pudieras comentar, ¿de qué trata tu proyecto Crisálida?

Crisálidafue el proyecto que desarrollé desde el año pasado hasta este año como parte del PECDA de 2023. Es un poemario donde reuní un buen de cosas de mi experiencia y habla de mi proceso de transición, de cuestiones familiares y la memoria. Es además mi primer poemario.

Desde tu experiencia con Pérgola de humo y tu ejercicio poético ¿cómo observas el panorama de la creación literaria en tu estado, en Veracruz?

Fernanda Melchor ya salió de aquí, Villalobos, hay muchos artistas que han logrado relevancia internacional a través de su trabajo. Hay buenos escritores, como Brianda Pineda, quien hace poesía queer y ha ganado varios premios.

¿Cuál es el poema que siempre llevas contigo, en tu memoria, al que siempre regresas y por qué?

Me gusta mucho Tierra baldía también, pero más los cuatro cuartetos eso sí me los llevaría a una isla perdida, si no pudiera leer nada más que eso me llevaría Muerte sin fin, Los cuatro cuartetos, dos poemas de Cernuda, también La familia, A un poeta muerto. Y el Primero sueño de Sor Juana y Las soledades de Góngora. Esos son mis favoritos.

Por admin

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *