Estoy satisfecho por el trabajo realizado para el rescate del fandango y en
consecuencia del son jarocho, dice Gilberto Gutiérrez Silva, director artístico del grupo
“Mono Blanco”

Por Violeta Pacheco García

En su compromiso con la música tradicional veracruzana, el director artístico del grupo
“Mono Blanco”, Gilberto Gutiérrez Silva (Veracruz,1958), expresó su satisfacción por el
trabajo realizado para el rescate del fandango y en consecuencia del son jarocho. Ahora,
dice, está en la búsqueda de las similitudes de la raigambre, entre el son jarocho y la
música tunecina. 
Gutiérrez Silva, en entrevista, también recordó su inicio en la música, al llegar a la Ciudad
de México, a los 18 años “comencé con la jarana, soy jaranero profesional, no solo la
toco, también la estudio, como instrumento y el género del son jarocho”, porque aseguró
que su compromiso fue “estudiar la música y profesionalizarme”. Además, “toco el
pandero y zapateo, las percusiones son de mi agrado también”, indicó. 
El grupo Mono Blanco, se integró como trío el 31 de septiembre de 1977, los fundadores
fueron Juan Pascoe y los hermanos José Ángel y Gilberto Gutiérrez, así lo reseñó el
historiador Bernardo García Díaz en el libro “El renacimiento del son Jarocho y el grupo
Mono Blanco”, donde refirió la incorporación de otros músicos tradicionales como don
Arcadio Hidalgo. Las primeras presentaciones se realizaron en el foro abierto “Cleta”, en
la Casa del Lago, en Chapultepec. 
La entrevista se realizó en la librería “Mar Adentro”, ubicada en el Centro Histórico de la
ciudad de Veracruz, Gutiérrez Silva detalló que en las primeras presentaciones. “tocamos
en colonias populares, donde había procesos comunitarios de lucha y en ese andar nos
mandaron al CCH Azcapotzalco”, ahí, conocieron a su primera representante Patricia
Doring, los vinculó con autoridades de la SEP, entre ellos, un veracruzano, Manuel de la
Cera Alonso quien los mandó a presentarse en escuelas, en el año de 1980, con la
participación de don Arcadio Hidalgo. 
Luego, solicitaron apoyo a Promoción de Intercambio Cultural de Relaciones Exteriores,
para acudir a foros internacionales, “pasaron cinco años, para ello. Ya laboraba en el
Instituto Veracruzano de Cultura, con la investigadora Ida Rodríguez”, refirió Gutiérrez
Silva. “Nos invitaron al Festival de Música Latina en Chicago, era febrero, había mucho
frio”. Hubo más invitaciones, en abril viajaron a Corea del Norte, a Estados Unidos y a
otros países; las salidas fueron frecuentes, una vez al año, viajaban al extranjero. 
Los integrantes de Mono Blanco, “respetamos las formas tradicionales del son jarocho. En
nuestra capacidad creativa buscamos música nueva que a veces no tiene que ver con el
son, en otras es diferente”. 


EL RESCATE DEL SON JAROCHO
El director artístico de Mono Blanco explicó que “el resurgimiento del son jarocho fue
cuando comprendimos que teníamos que recuperar la fiesta que le da vida al Son
Jarocho, la fiesta que se amenizaba con el son jarocho”. Ejemplifica: “porque si no hay
fiesta de salsa para que tocar salsa. Sino hay fandango como se toca el son jarocho”,
cuestionó.

El director artístico del grupo “Mono Blanco”, Gilberto Gutiérrez Silva.

En 1983 propusimos el proyecto, “Promoción y difusión del son Jarocho a través del fandango”, ahí está el documento original, el fundamento fue rescatar el fandango para que el son no muriera. Por supuesto, indicó que hay lugares en donde “hay tradiciones que recuperaron la música, pero no la fiesta, y se quedaron con la música que ya no tiene fiesta”.  
 El fandango es lo que se recuperó, insistió, por eso el son jarocho vuelve a tener vitalidad, porque es una música importante para la sociedad jarocha, para amenizar los fandangos que hay por todos lados en Veracruz, la ciudad de México y en diversos lugares del mundo. 
 “Lo que se fue al mundo no es la música, sino el fandango que genera comunidad es lo que hace falta al mundo generar estas comunidades que es la manera en que nos hemos desarrollado como sociedad, a través de comunidades y luego una gran comunidad de comunidades”. 
Orgulloso menciona “en la actualidad, hay fandangos en París, Barcelona, Madrid, Chicago, Nieva York, Los Ángeles, San Francisco, Islandia, Alemania, Chile, Argentina y algunas células en India y Japón, y veremos qué pasa, el siglo es joven, “yo quisiera ver en 2075 que sucede con el son”. 


SIMILITUD DEL SON JAROCHO CON LA MÚSICA TUNECINA
En busca de las raíces del son jarocho, Gilberto Gutiérrez Silva detalló “si puedo decir que
algún sueño he tenido, es que el fandango regrese a África, hay algunos puntos entre
africanos y jarochos, ya hemos estado allá, ya varios instrumentos se han quedado allá. Y
creo que pronto estará de regreso en las tierras donde tuvo su origen”.  
Ahora vamos a tener un concierto en el Palacio de Bellas Artes, el 31 de agosto, donde se
mostrará “la semejanza de la música tunecina -stambeli- y el son jarocho como géneros
musicales, pero también el sonido de dos instrumentos protagonistas en cada género
como es el gambri en la música de Túnez y la leona en el son jarocho que tienen sonido
semejante”, explicó. 
El proyecto se llama Leombri -de la leona y el gumbri- y ese nombre ya lo adopto el
conjunto como homenaje a esta tesis de la  doctora en Musicología por la Universidad de
la Sorbona y jefa del Departamento de Musicología del Instituto Superior de Música de
Túnez Ikbal Hamzaoui, ella a través de su trabajo doctoral “Son jarocho y stambeli, dos
mundos cercanos y lejanos”, estableció la semejanza del son jarocho y la música tunecina
y es el encuentro entre son jarocho y el stambelli que se llama así la música 
El sueño está avanzado algunos instrumentos que se han apropiado como el que  le
llamamos el León -al guitarrón jarocho- suena la música tunecina, también se apropiaron
de la quijada que tiene sus orígenes de aquel país y poco a poco van pasando similitudes,
es de la maravilla de la humanidad, que la cultura que es la creación más noble de la
humanidad, está en un cambio permanente, se transforma, se inventa y se reinventa, en
eso estamos. 
Lástima dijo, “hay a quienes les gusta la guerra y las cosas materiales y perjudican el
buen andar de la humanidad sobre este planeta”, concluyó.

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