• Habitantes del callejón Toña “La negra”, que se ubica en el barrio de La Huaca, uno de los más antiguos del puerto jarocho, mencionan que no se debe olvidar la conmemoración de esta artista que llevó el nombre de Veracruz a todas partes del país y del mundo

Por Ignacio Contreras

María Antonia del Carmen Peregrino Álvarez, Toña la Negra, nació en el puerto de Veracruz, en el emblemático Barrio de la Huaca. En 1927 se casó con Guillermo Cházaro Ahumada, quien la llevó a México con su primer hijo, de sólo 40 días de nacido. El 16 de julio de 1929 debutó en el cabaret El Retiro, realizando una temporada en ese lugar, donde se le conocía como “La Peregrino”.

Su vida artística tuvo un giro importante cuando la conoció Emilio Azcárraga Vidaurreta, quien junto con Enrique Contel, la bautizaron como Toña la Negra.

Escultura de Toña la Negra

De acuerdo con Luis Miguel Salvador Azueta, escritor e integrante de Fundacrover, asociación civil dedicada a la investigación desde hace 16 años, así como a la promoción y difusión histórica de la ciudad de Veracruz, la cantante empezó a ser reconocida por su interpretación de la canción “Enamorada”, de Agustín Lara, quien también escribió para ella temas como “Lamento Jarocho”, “Veracruz”, “Noche criolla”, “Oración Caribe”, “Palmera”, “La clave azul” y “La cumbancha”, que presentaron juntos en una revista musical en el Teatro Esperanza en diciembre de 1932, con tanto éxito que debieron prolongar sus presentaciones por mucho tiempo.

Azueta indicó que en la Universidad Veracruzana (UV) han sido puestas al público las participaciones musicales de Toña “la Negra” en el cine nacional con comentarios de Rafael Figueroa Hernández.

El también historiador comentó que los fragmentos forman parte del acervo audiovisual del programa “Rumberos y jarochos” a cargo de Rafael Figueroa Hernández, del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación de la Universidad Veracruzana.

“La figura de Toña ‘La negra’ crece día a día. La identidad veracruzana y buena parte de lo que somos como país reside en algún lugar de esa voz poderosa y plena de significados musicales y líricos, que le dio la pista sonora a toda una época de nuestras existencias”, comentó Salvador Azueta.

“Podemos decir, sin lugar a equivocarnos, que, como Gardel, Toña la negra cada día canta mejor” concluyó.

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