Por Daniel Palomino
Caminar por las calles del Centro Histórico de Veracruz, es caminar entre la historia viva de la
ciudad, recorriendo la piedra mucar de los callejones del primer cuadro y las fachadas que retratan
el pasar de las tendencias arquitectónicas a través del tiempo.
Encaminarse entre el bochorno de la tarde casi noche bajo una lluvia que refleja las luces en el
mosaico del emblemático Parque Zamora, pasando por la extinta alameda de la avenida Díaz
Mirón, justo en la calle 20 de noviembre, podemos encontrar un enigmático lugar donde el olor a
libros, el ronroneo de gatos y las historias que las paginas no cuentan, se dan cita.
Adriana Jiménez Arellano, curiosa, intensa y apasionada, es la directora de la Librería de segunda
mano El Vitral, trinchera que cumple ocho años llevando la ardua tarea de mantener al libro como
un ser que existe, lleno de valor.
-Crecí con mis abuelos, desde niña viví en su casa y visitaba seguido el cuarto de los libros, tengo
muy presente a esa Adriana de primero, de segundo de primaria que le gustaba ver los libros de su
abuelo y también ver los libros dela escuela, en el recreo me iba a la biblioteca de la escuela a ver
los libros que tenían. Tengo muy presente también unos libros de la SEP que explicaban de donde
venían las cosas, eran unos libros chiquitos, me encantaban esos libros que me explican donde
venían las cosas y me decían de donde venían las cosas, también los libros de la enciclopedia de
Mis Primeros Conocimientos, esa es la que más me enamoro, era de mi abuelo y un compendio de
cuentos llamado La Expedición de Stephen King que me dio mi hermano en sexto, y me enganche
con el terror de ahí en adelante.
No imagina lo que sería una vida sin libros, ya que desde temprana edad ya la acompañaba un
libro en su mochila, siendo la lectura parte fundamental de como concibe al mundo.
El vitral nace con la misión de encontrar un nuevo hogar a los libros que ya han cumplido su ciclo
en sus manos. la historia del local que alberga esta historia es sencilla, es parte de un pequeño
edificio regalo de bodas de su abuelo a sus padres, donde posteriormente abrieran un pequeño local para luego ser cerrado un tiempo y luego regresar a la vida por la curiosidad de dar nuevos
bríos a estas hojas llenas de historias.
-No inicie esta necesidad de encontrarle hogar a los libros con la intención de abrir una librería
como tal, la intención era encontrarles espacio a los libros que ya habían cumplido su ciclo
conmigo. yo tenía 20 libros y esa era la intención, encontrarles casa a 20 libros y cuando me di
cuenta ya estaba recibiendo libros de otras personas, y ya no estaba buscando casa a 20 libros si
no a 50, se fueron multiplicando, la intención fue creciendo.
De profesión Psicóloga, encontró vocación de tiempo completo entre las páginas de los libros que
llegan a su espacio, entremezclando temáticas, historias de vida y lugares de origen en este vitral
de letras. Las librerías, en sus palabras, se ven ya como espacios culturales.
-Todavía estaba esta inquietud de integrar esta parte más humanista, no quería que se quedara
solo como una tienda, y al mismo tiempo las personas que asisten a la librería por sus peticiones,
comentarios, descubrí que podía llegar a ser un espacio cultural; el público ya nos tiene como
sinónimo de biblioteca y con biblioteca es con este espacio donde pueden acceder a la
información libre y abiertamente y que saben que pueden encontrar un libro con cierto tema en
especial y ese simple hecho ya nos hace a nosotros como agentes culturales, el hacer este vínculo,
este puente entre la información que existe y la información que el público necesita, entonces nos
quedamos cortos con mantener solo la información en los libros, también hay información que se
da de manera oral, de manera visual, y entonces es ahí cuando se suman los talleres, el
intercambio de ideas. Este camino de gestión cultural es bastante complicado, a veces lo veo como
espacios que apenas estamos haciendo y otros caminos donde apenas estamos caminando ahí que
son ya como una autopista que ya están pavimentados sin baches, a veces los caminos no son tan
sencillos para generar las redes que uno anhela generar.
Dentro de los estantes, podemos encontrar literatura universal hasta cuentos en otros idiomas,
revistas de cocina y comics viejos que han pasado de generación a generación, en una atmosfera
que irradia calidez.
El Vitral se caracteriza por romper la atmosfera de olvido de los bazares de libros y la transforma
en un orden concienzudo donde es fácil advertir el título que seguro estamos buscando, pues
cuidadosa y celosamente pequeños letreros advierten los temas de interés que cada sección
aborda, una invitación a explorar las solapas y encontrar seguro una grata lectura.
No solo es buscar un nuevo hogar para el título en cuestión, si no también un hospital donde se les
da atención, cuidado y generosamente se les devuelve la salud por el paso del tiempo, motivo por
el cual el público se acerca a donar y ofrecer sus acervos para la custodia de los mismos en este
recinto.
-Las personas que me entregan sus libros les gusta la idea de que no los voy a tirar a la basura, el
vínculo emocional que se tiene con los libros es impresionante, esa parte la manejo con mucho
cuidado, con mucho respeto, por eso abrí la librería por que no quería tirar mis libros no los quería
tener ahí afuera, por eso puedo entender por qué las personas quieren asegurarse de donde van a
estar sus libros o quien los va a tener o que vamos a hacer con ellos. Les gusta saber que los libros
que eran de sus familiares les gusta la idea de saber que sus libros quedaran en buenas manos.
Dentro de las paginas, se han encontrado desde fotos familiares, separadores, cartas, boletos de
viaje hasta escrituras de casa, títulos profesionales y flores que supieron guardar su historia.
títulos tan extraños como manuales para identificar si tu Volkswagen Sedán es un imán seductor y
libros de texto para ser buena esposa y conspiraciones hasta poesía de Efraín Huerta y cuentos de
Saramago.
En un mundo donde la tecnología avanzan a paso acelerado y los ebooks reemplazan de poco al
papel, la apuesta por el libro físico es un reto
-Son dos experiencias completamente diferentes, creo que se complementan y se complementan
muy bien, y si creo que a futuro el libro físico va a ser un lujo como tal, no cualquiera va a poder
acceder al libro, porque justo el libro electrónico es más accesible y permite mayor movilidad,
pero la experiencia lectora me parece es diferente, el libro creo ya es un objeto coleccionable y
justo por eso creo que se ha mantenido así en el tiempo, porque no ha tenido tantas variaciones
como tal no ha cambiado tanto, se ha tratado de mantener lo más impecable y por eso sigue aquí.
Alrededor de 700 personas visitan mensualmente el espacio, siendo principalmente el sector joven
quien busca lecturas que pueda sostener su economía, además de los coleccionistas buscando
aquellas ediciones que se perdieron con el tiempo
Para Adriana lo más gratificante es ver la chispa en los ojos de quien encuentra ese libro que
marco un capítulo de su vida.
-El Vitral es como un ente de mente de colmena, pues si aceptas formar parte del vitral el vitral
formara parte de ti, es como una conciencia colectiva donde busca esta conexión entre todo lo
que le rodea.
Fotos: Ana Guadalupe Camacho