Por Alicia Antonieta Bautista Vega

El miedo me ha acompañado desde que tengo uso de razón e inclusive desde antes, seguramente ante un ruido inesperado, o por no comer, o a sentirme incómoda por estar en un estado fisiológico que me incomodaba y hasta pudo provocar rozaduras. El miedo dicen los expertos es una manera de defensa que tenemos los seres humanos y así prevenirnos de algún peligro, el miedo es estar alerta.  En mi experiencia, ¿qué representa el miedo? Tengo miedo a que el tiempo siga corriendo y que no me permita seguir disfrutando del viento frío y fresco en el rostro al descender de una bicicleta por los senderos de una montaña, bosque o carretera. Este miedo lo comparo con recuerdos de mi niñez, como cuando nuestros padres se ausentaban, dejándonos solos a mis hermanos y a mí en casa, recuerdo mi angustia al grado de llegar al pavor cuando tardaban, provocando que pensará ¿nos habrán abandonado? ese temor del abandono es algo que me ha acompañado y aún no logro descifrar qué lo provocó. Esa sensación de ya nunca significa que todo se acabó y eso implica no ver más a alguien querido, o ya no estar más en algún sitio amado o hacer las cosas que uno adora ejecutar.  A veces disfruto de este miedo, que de pronto me regresa a la historia de mi vida provocando una poderosa catarsis de los recuerdos, hasta que de pronto, un sablazo de realidad me coloca en el hoy.

Sin embargo, este miedo quisiera quitarlo y transferirlo del futuro al presente, al final del día concluyo que mi miedo está presente en el futuro incierto ¿cómo llegaré a edad avanzada? ¿sana? ¿independiente? ¿sola o con compañía? ¿Estaré en la ciudad, el bosque o el mar? ¿Amaré mis condiciones físicas en el futuro? ¿Seguiré siendo necia y aferrada o me rendiré?

Podría definir este miedo es estas palabras: miedo a perder mi libertad.

Por admin

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *