Por Yahir Fragoso
“Yo no salgo de la mirada indígena, sólo que cada quien la va a expresar de una manera diferente”, asegura el artista.
A partir de noviembre, en el Centro Cultural Juan Rulfo, presentará la muestra “Ensueños y realidades” acompañada de textos curatoriales del escritor y poeta Alberto Ruy Sánchez.
Paralelamente al desarrollo del arte, ha crecido una atmósfera elitista sobre aquello a lo que se considera arte y desde dónde se crea (tanto ideológica como culturalmente). Sin embargo, existe en esa otredad una riqueza a la cual se le han cerrado las puertas: el arte “indígena”, si es adjetivar de esa manera el ejercicio artístico es de alguna manera válido. En México, un ejemplo de este otro arte son las composiciones visuales de Filogonio Velasco Naxín, un joven originario de Oaxaca.
En entrevista surge el tema de cómo se mezcla la mirada indígena con las diferentes corrientes artísticas, principalmente provenientes de Europa y comenta que desde su punto de vista el lenguaje va más allá de la cultura a la que perteneces o el entorno donde te has desarrollado.
Para él existen dos visiones: una que representa la vida cotidiana de las culturas indígenas de una manera folklórica o tradicional, y otra —como es su caso— en la que se toman esas visiones culturales y las lleva a la actualidad, al cómo se vive y se piensa hoy en día. En este mismo sentido, cree que, desde esa élite que define qué sí y qué no es arte, el término “arte indígena” sólo encasilla a los creadores, pues se tiene la idea de que la producción indígena se enfoca en lo artesanal; es decir, el arte creado por miembros de culturas indígenas no se aprecia sólo como formas y expresiones diferentes de abordar la realidad a través del arte, sino que pasa primero por el filtro de los que, según alguien, es el arte indígena.
Por otro lado, cuenta también que en las comunidades indígenas hace falta información acerca del arte: “En los pueblos se ve mucho trabajo artístico, pero no se le da ese valor simbólico. Los mismos padres, como no le ven valor a eso que estás haciendo, prefieren inculcarte otro camino”.
Hoy en día sigue siendo un tema el acceso a la educación en las comunidades indígenas, incluso hablando de los niveles básicos; claro está que tratándose del arte la situación se agrava.
Velasco Naxín dice que de haber sabido el valor que tenía el trabajo de su niñez y adolescencia lo habría conservado. No se habría perdido quién sabe dónde. De igual manera, cree que con un mayor acercamiento de las comunidades indígenas al arte, se crearían nuevas expresiones, cada una con su manera de sentir.
El tema de la pandemia y confinamiento por el Covid-19 no podía escapar de la conversación y respecto a este tema el artista oaxaqueño comenta que a pesar de la situación ha sido un año muy productivo, ya que todo este alboroto conlleva muchas reflexiones sobre cómo hemos hecho las cosas, lo que dio origen a una serie que llamó “Especiales coronavirus”, en la cual habla del momento que atravesamos desde la sátira y el humor negro. Para él la creatividad no se detiene, muy por el contrario, fluye más en los tiempos de crisis. Sin embargo, admite que económicamente ha afectado, al igual que en todos los ámbitos de la sociedad; pero también cree que hay que adaptarnos a nuevas maneras de lograr el trabajo.
Por su parte, durante el confinamiento estuvo realizando exposiciones virtuales desde su taller, aprovechando las plataformas digitales para seguir difundiendo sus creaciones sin necesidad de esperar a que alguien lleve su obra a museos o galerías. Ahora que poco a poco se reabren los espacios a lo largo del país, también él vuelve a presentar su trabajo —a pesar de algunos proyectos que fueron cancelados—, como es el caso de la exposición “Ensueños y realidades” que se presentará a partir del mes de noviembre en el Centro Cultural Juan Rulfo (Campana 59, Insurgentes Mixcoac), ubicado a unas cuadras de la estación del Metro Mixcoac, y cuyos textos curatoriales corren a cargo del escritor y poeta Alberto Ruy Sánchez.