Por Celic Rosas
El narrador, ensayista e investigador mexicano Abraham Miguel Domínguez y la escritora, editora y docente mexicana Asmara Gay, hablan sobre la literatura en tiempo de pandemia y qué tanto esta nueva realidad ha modificado sus procesos creativos.
Abraham Miguel Domínguez expresó que esta nueva forma de interacción y comunicación a través de videollamadas, ha facilitado el acercamiento del arte a cualquier interesado. “Ha sido una experiencia extraña porque te enfrentas a diferentes mundos: por un lado, no estar en un salón de clases físicamente cambia mucho la dinámica pero, por otro lado, habernos mudado a distintas plataformas ha hecho que mucha gente tenga la posibilidad de tomar cursos de literatura.”. No obstante, Asmara Gay opinó distinto: “Ciertamente, la audiencia a través de la pantalla es a veces mayor que de manera presencial, pero, aunque hay respuestas inmediatas por el chat durante las presentaciones, la plática posterior a las lecturas (o durante estas) que se establece en lo físico es enriquecedora tanto para el creador como para los oyentes y lectores, y esta no se da de forma virtual, porque el formato no lo permite”.
Para la también crítica literaria, los retos que enfrenta la literatura ahora son mucho más grandes: “Antes de la pandemia, la literatura ya tenía retos importantes, como su supervivencia a través del libro físico; pero ahora que enfrentamos una pandemia cuya salida aún no se vislumbra, creo que no solamente la literatura atraviesa los retos anteriores, sino que el proceso creativo se ve afectado por el aislamiento social y porque las editoriales han frenado la publicación de libros físicos”. Domínguez confirmó lo anterior y además mencionó que “Si antes, por ejemplo, no era sencillo publicar un libro, ahora, en este tiempo tan difícil, es mucho más complicado”.
Según el narrador y ensayista, esta situación actual sí encausará a los lectores a un tipo de literatura en específico: “Yo creo que una constante en la historia del mundo y de la literatura, es que en los momentos más duros siempre buscamos la evasión, entonces yo creo que sí puede existir un resurgimiento de ciertos géneros, como literatura fantástica, ciencia ficción. Todos querrán escribir sobre esto”. Sin embargo, Asmara Gay expresó que los lectores mantendrán las mismas tendencias, los mismos gustos literarios: “Pienso que aquellos que gustaban de una literatura en específico seguirán acudiendo a ella, con pandemia o sin pandemia, y aquellos que no tenían mucha afición por la lectura y que ahora deciden leer mostrarán gustos acordes a su personalidad en la literatura que elijan”.
Para Domínguez, el confinamiento a causa de la pandemia no modificó sus rutinas de escritura ni su proceso creativo: “Sí he tenido que establecer una rutina para sobrevivir al encierro. Trato de tener un espacio libre para mi proyecto y mi lugar como escritor. Creo que sí he tenido la oportunidad de leer más, y eso claro que repercute en mi proceso creativo”. Así como no hubo un gran cambio con respecto a sus rutinas como escritor, comentó que tampoco lo hubo en los temas que aborda en sus escritos o en sus lecturas. “Me hubiera gustado decirte que mis temas han sido la soledad o el aislamiento, pero realmente no ha sido algo que me quite el sueño en estos momentos. Estoy sumergido en el S. XVIII y XIX.”
Al contrario de esto, Asmara Gay comentó que ella sí ha notado un cambio considerable y bastante radical tanto en su proceso creativo como en su rutina: “Como también doy clases, mi escritura se ha visto afectada por el nivel de trabajo que ha aumentado durante la pandemia, por lo que para continuar escribiendo he tenido que modificar mi rutina. Si antes organizaba mi tiempo preparando clases, impartiéndolas, calificando a alumnos y escribiendo en una rutina de siete de la mañana a diez de la noche, de lunes a viernes, el tiempo que dedico a estas actividades se ha incrementado a tal punto que muchas veces me tengo que levantar entre cuatro y cinco de la mañana y me duermo hacia las doce de la noche, de lunes a domingo”.
Por último, la editora mexicana comentó que ha estado trabajando en diversos proyectos: “Este año ha sido muy productivo. Además de que en los últimos días colaboré en dos antologías de minificción, adapté alrededor de diez obras clásicas para la lectura infantil, entre ellas Viaje al centro de la tierra y Veinte mil leguas de viaje submarino de Julio Verne, los cuentos de Perrault y Peter Camenzind, de Hesse, entre otras; esto sin contar la novela que estoy escribiendo dentro del doctorado, otros proyectos de escritura en los que participé el semestre anterior y la infinidad de novelas que asesoro en este semestre… En fin, por ahora de eso me acuerdo”.
Igualmente, el escritor Abraham Domínguez develó que actualmente trabaja en la corrección de una novela que presentará como tesis doctoral y que, además, influenciado por sus lecturas, “Me preparo para empezar un nuevo proyecto, una nueva novela, ambos trabajos ambientados en el S. XIX”.