Por César Badillo
La naranja mecánica es la novena novela publicada por del autor británico Anthony Burgess. A pesar de sus ochos novelas posteriores, La naranja mecánica aún pertenece a la obra temprana del novelista. Fue publicada por primera vez en 1962, por William Heinemann, en el Reino Unido. Tuvo una recepción mixta en el Reino Unido, con The Sunday Telegraph, dándole una reseña generalmente positiva, pero esta sería la excepción, ya que en la gran mayoría de los diarios nacionales, La naranja mecánica, recibió pésimas críticas que ahuyentaron a un posible público. Anthony Burgess entonces viajó a los Estados Unidos para intentar publicar su obra ahí. W.W. Norton fue el primer editor que tomó interés en La naranja mecánica. Publicaría la obra bajo una condición: que el último capítulo del libro sea omitido; etiquetado como un final “demasiado británico”, la primera edición norteamericana de la novela, fue publicada sin su último capítulo.
Este capítulo es, sin embargo, elemental para obtener la interpretación ‘correcta’ de la novela, o al menos la interpretación que quiso dar el autor con este último capítulo. En este breve epílogo, el protagonista, Alexander DeLarge, después de varios años, narra cómo ha cambiado su perspectiva de la vida. Alexander, presentado como un hombre maduro, se encuentra con sus “droogs” antiguos, y siente felicidad al descubrir que ellos también han madurado; tienen familias, trabajos y propósitos que los han alejado de la mentalidad ultraviolenta de su juventud. Este último detalle define por completo la trayectoria de la novela. Al madurar sus personajes, Anthony Burgess toma una posición moral de los eventos de la novela; la violencia exagerada de los jóvenes, su trivialidad y crueldad, es producto de la inmadurez y el contexto en el cual crecen. La edición norteamericana fue la que leyó y popularizó Stanley Kubrick con su adaptación cinematográfica. La visión de este film, es completamente diferente a la del autor, y fue la versión que mejor conocio el mundo.
Los temas que intentan comunicar ambas obras tienen que ver con la naturaleza misma del hombre, y más a profundidad su relación con la violencia. ¿Qué es lo que crea un hombre violento? ¿Su contexto, o una naturaleza que lo determina?. El protagonista es un joven creciendo en un mundo ‘proto-distópico’, no hay muchos detalles que revelen qué ideología tiene el estado dentro de la novela, pero es un sistema que se presenta como autoritario y disfuncional; los métodos que son usados para condicionar a Alexander, son crueles e incapaces de cambiar al joven de su ‘naturaleza’.
Alexander es apenas un joven de quince años en la novela. A esta edad, ya es un maestro de la ultraviolencia; fluye en este ambiente y su identidad se define tras su crueldad. Su comportamiento es constantemente recompensado por el mundo que lo rodea. No hay nada que castigue su violencia. Las figuras de autoridad en la vida de Alexander son ineptos, igual de crueles y sumamente conservadores. Una ideología cristiana altamente tradicional define la moralidad de los adultos en la novela. Es un mundo que le da rienda suelta a una violencia que se incrusta en cada aspecto de su sociedad; desde lo sistemático, a lo cultural, la violencia autoritaria, reina en la identidad de este mundo, y es lo que termina definiendo a un joven como Alexander.
El final de la película de Kubrick, presenta a un Alexander que después de su condicionamiento, aun sin ser reformado. La famosa última línea es “I was changed alright”, el personaje puede estar limitado a su violencia, pero su naturaleza sigue sin cambiarse; sigue siendo el mismo monstruo con el cual empezó la película. La respuesta de Kubrick ante la tesis de Burgess, es que el hombre no puede cambiar. Es determinado por su naturaleza y no puede salirse de ella, sin importar proceso o maduración. En esta ideología no cabe la reforma, el criminal siempre será criminal, el niño cruel solo será el adulto cruel.
Leer la naranja mecánica es la experiencia de enfrentar estos sentimientos, ¿En que se convierte la violencia en una sociedad cada vez más indiferente?